sábado, 24 de noviembre de 2012

Resiliencia


Hace unos meses me entrevistaron para un programa de libros que se llama "Vía llibre", de la televisión de Cataluña. Me sorprendió y me pareció muy original el enfoque que le dieron: "Resiliencia". Bajo este nombre englobaron una serie de libros o autores que tuvieran que ver con esta curiosa palabra.

El término resiliencia se refiere a la capacidad de los sujetos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y traumas. O, como dicen E. Chávez y E. Yturralde: "es la capacidad que posee un individuo para mantenerse en pie, en la lucha con dosis de perseverancia, tenacidad, actitud positiva y acciones que permiten avanzar en contra de la corriente y superarlas".

Comenté que las personas que sufren alguna enfermedad neurodegenerativa forzosamente tienen que ser personas resilientes, ya que constantemente tienen que estar adaptándose a un cuerpo menguante para seguir adelante. Y para ello, cualquier detalle sirve para agarrarse a la vida y volver a levantar la cabeza: tener un amigo, profesar una creencia religiosa, o, en mi caso... escribir.



sábado, 17 de noviembre de 2012

Intocable


En  ocasiones algún medio de comunicación me ha pedido que escribiera algún artículo. Aunque lo agradezco, suelo decir que no, ya que apenas tengo tiempo para ello. Tengo que concentrar al máximo mis energías y no dispersarme, si no lo hubiera hecho así en vez de tardar cinco años en escribir Alehop hubieran sido muchísimos más...

No obstante, hace unos meses, sentí una gran necesidad de escribir este artículo relacionado con la famosa película "Intocable". A mí la película no me pareció correcta,  entretenida, pero quise con este artículo aportar al espectador algunos matices que seguramente le pudieran pasar desapercibidos. Pretendí enriquecer su visión de la realidad, una realidad que muchas veces le puede pasar desapercibida.

Aunque el artículo está escrito para un periódico local, lo que comento es perfectamente extensible a cualquier rincón de nuestra geografía. Espero que os guste.


Intocable

Mucho se ha hablado estos días sobre la película “Intocable”, una producción francesa que ha tenido un gran éxito en taquilla. El argumento gira en torno a la relación que se establece entre un tetrapléjico y el asistente personal que contrata.

Dejando a un lado si la película es buena o no, si sus bromas hacen más o menos gracia, me ha parecido interesante poder extraer una reflexión que considero vital: la necesidad de disponer de la figura del asistente personal para aquellas personas que puedan necesitarla. Un asistente personal es aquella persona (o varias en el caso de necesitar muchas horas) contratada directamente por ti a través de un dinero que te da la administración, y que se adapta a tus gustos y preferencias. Suple tus brazos y piernas, y te ayuda a hacer todo aquello que no puedes hacer por ti mismo.

Gracias a la ayuda del asistente personal, el protagonista, que huye de la compasión y del frío trato clínico, consigue vivir una vida socialmente activa, integrado en la comunidad, lejos de una residencia, entrando y saliendo de su casa a voluntad.

Pero que nadie se llame a engaño: no hace falta ser millonario para poder aspirar a una vida digna o, lo que llaman en el argot político, una vida en igualdad de oportunidades. De hecho, hace muchísimos años que este sistema funciona en media Europa. Ni siquiera hace falta saber hablar francés. Sin ir más lejos, en España, desde el foro de vida independiente hemos puesto en marcha varios proyectos piloto en diferentes comunidades autónomas como Madrid, Cataluña, el País Vasco... En estos programas cada persona dispone de todas las horas necesarias para poder llevar a cabo su proyecto de vida. Gracias a estas iniciativas, ha habido gente que ha podido salir de instituciones donde llevaba años encerrada, o que ha podido sacudirse de encima la angustia de ver cómo eran sus padres ya mayores quienes les asistían.

Aun así, son solo unas ínfimas gotas de libertad en una realidad dura y desconocida.

Hace unos siete años presentamos un proyecto como los anteriormente citados a los representantes políticos de la isla. Traté de hacerles ver la conveniencia de disponer de este servicio para todas aquellas personas que lo pudieran necesitar. Durante este tiempo, he visto desfilar políticos de todos los colores. Unos eran simpáticos; otros parecían inteligentes; otros cargados de buenas intenciones, pero incapaces de dar un paso adelante. Lo que más me llamó la atención es que a la mayoría les debía de faltar alguna vértebra del cuello, ya que sabían girar con una facilidad pasmosa la cabeza hacia otro lado. He jugado a su juego, he traído gente de fuera para tratar de convencerles, los hemos invitado a congresos, enviado múltiples documentos y mensajes. Me he dejado la piel y la salud. Pero nada. 

No ha servido que les hablase de que el derecho a la asistencia personal está recogido en la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad, de obligado cumplimiento para los países firmantes, pero que tan alegremente se saltan junto a otras muchísimas leyes.

Tampoco me ha sido de utilidad mi pedagogía de Barrio Sésamo. A uno de ellos, le comenté: “Si mañana tienes un accidente, lo que yo te propongo es que puedas seguir haciendo más o menos la vida que hacías antes. Disponer de la ayuda que necesites para seguir acudiendo a tu trabajo, para seguir viviendo en tu entorno con tu mujer e hijos”. Esta vez, mientras el político carraspeaba y miraba hacia otro lado con esa habilidad sobrenatural, admito que me aproveché y le saqué la lengua.

Cuando comprendí que para ellos no era más que un número o un objeto, recurrí a los informes económicos. Y es que según demuestran los datos de otros países y los que se han recogido en los proyectos puestos en marcha España, la asistencia personal es un 20% más barata que el modelo residencial. Sí, ya sé que parece increíble, pero los números son los números. Esto es así porque con este sistema no hay infraestructuras que mantener ni cargos intermedios de dudosa utilidad, simplemente se trata de un pago directo entre el usuario y el trabajador. El hecho de que esto se aplique en países como Suecia, Holanda, etc. no solo es porque sean países más ricos, sino fundamentalmente porque también son mucho más eficientes.

Visto lo visto, mi única brizna de esperanza es que alguno de ellos vaya a ver la película. Aunque también me da miedo que se equivoque de sala, acuda a ver una de vampiros, y nos clave más aún los colmillos en la yugular...



3-04-2012




sábado, 10 de noviembre de 2012

Peleas de Abajo

En Alehop los políticos de un ayuntamiento están constantemente peleándose y rivalizando entre sí. Hasta aquí, nada nuevo, nada que no podamos ver cada día en nuestras respectivas localidades o a través de los medios de comunicación. ¿Pero sabíais que en España existe un pueblo que se llama precisamente Peleas de Abajo? Tiene apenas 200 habitantes, y está en la provincia de Zamora. 

 Al parecer el nombre del pueblo proviene de que está asentado sobre una zona de fricción durante siglos entre moros y cristianos, separados por el arroyo de Valparaíso. Así, a un lado, se constituiría el pueblo Peleas de Arriba, y en el otro Peleas de Abajo. 

 Pero lo que hace más singular y llamativo a Peleas de Abajo es que posee la deuda más elevada de España. Se calcula que ronda cerca de los 20.000 € por habitante. Similar a la deuda griega. Con el actual ritmo de ingresos el pueblo no podría pagar la deuda hasta el siglo XXVI.

 Los de Peleas de Arriba han declarado: esto se veía venir. 

 Al conocerse esta noticia de su déficit ha provocado que el pueblo, en los últimos meses, haya saltado a los medios de comunicación. Ha salido en periódicos de Argentina, Chile, Colombia... En este sentido, su alcalde, ironizando, ha dicho que si el pueblo recibiera una retribución económica cada vez que sale en los medios de comunicación por la deuda, sus maltrechas arcas públicas ya se hubiesen recuperado. 

 Los de Peleas de Arriba se han mostrado totalmente de acuerdo.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Coulrofobia, el miedo a los payasos.




Últimamente, leyendo algunos comentarios en blogs en los que se reseñaba Alehop, me he fijado en que varios lectores coincidían en decir que, pese a que les atraía el libro por la buena crítica que habían leído, sentían algo de aprensión por todo aquello relacionado con la temática circense.

Los autores de dichas reseñas no tardaron en replicar, acertadamente, que en mi novela no aparecía el típico circo como el que se podían imaginar, sino que se trataba de la simbología de algo muy diferente... Efectivamente, así es.

Pero esos comentarios azuzaron mi curiosidad, y me puse a investigar un poco, destapando una caja de sorpresas. Resulta que existe una fobia o miedo irracional a los payasos, bastante extendida, llamada coulrofobia. Los afectados a menudo adquieren este miedo después de haber tenido alguna mala experiencia con alguno de ellos o de haber visto un retrato siniestro en medios audiovisuales. Afecta principalmente a los niños, aunque puede aparecer en adolescentes y adultos.Las personas que sufren este temor coinciden en que lo que más les aterroriza de los payasos es el maquillaje excesivo, a menudo acompañado de la nariz roja y del color extraño del cabello, que les permite ocultar su verdadera identidad. 

Se han hecho incluso estudios serios como el de la Universidad de Sheffield, que reveló que a los niños les asusta que las habitaciones de los hospitales estén decoradas con payasos. Les impresiona mucho ver un cuerpo común con una cara poco familiar. Un niño no sabe discriminar si el payaso es bueno, que es un disfraz. Siente miedo ante la máscara, por el hecho de que no cambie y aparezca siempre con una sonrisa. 

Mi asombro siguió aumentando al averiguar que la novela It, de Stephen King, llevada posteriormente a la gran pantalla, ha contribuido a popularizar concretamente la figura del payaso malvado.

Pero además del genial autor estadounidense, la figura del payaso siniestro ha quedado recogida y reflejada en obras como:

-Balada triste de trompeta, famosa película del director bilbaíno Álex de la Iglesia. En ella aparecen payasos asesinos, víctimas de la Guerra Civil española, que al principio son buenos y de apariencia normal, pero se van desfigurando cada vez más y volviéndose terroríficos.

-Un macabro payaso contagiado por los zombies en la película Zombieland. Es marrón (color de muerto), pelo verde y nariz roja.

-Clown, un demonio que adoptaba la forma de un payaso sucio y glotón en la serie de cómics Spawn.

-Joker, el enemigo de Batman. Un payaso asesino que siembra el crimen en la ficticia ciudad de Gotham City. Tiene el pelo verde, la cara blanca, los labios rojos y los ojos pintados de negro.

Y otros muchísimos más... (ver  wilkipedia)

Así pues, aunque juro una vez más que el circo que aparece en Alehop nada tiene que ver con una representación tradicional y que en ella no aparece ningún payaso psicópata, no me extraña nada que con estos antecedentes exista este temor tan arraigado. Una cosa nueva que he aprendido.